EL ENIGMA DE SILVINA
OCAMPO: LA PARADOJA Y LO SUBLIME
Por Manuel Lozano

Silvina
Ocampo junto a Bioy Casares |
Gemidos
en la marca de un árbol (Poema
de Manuel Lozano en memoria de Silvina Ocampo)
El
enigma de Silvina Ocampo: la paradoja y lo sublime
Bibliografía
Silvina Ocampo
Presentamos ahora una aproximación poética y ensayística
hacia la escritora argentina Silvina
Ocampo. Silvina Ocampo nació en Buenos Aires en 1903. Estudió dibujo en Paris con Giorgio de
Chirico. En 1940 contrajo matrimonio con Adolfo Bioy Casares, el
autor de La invención de Morel, y gran amigo de Jorge Luis
Borges, con el que escribió varias obras. Silvina Ocampo, Bioy
Casares y Borges realizaron una famosa Antología de la
literatura fantástica.
En 1954 Silvina Ocampo obtuvo el Premio
Municipal por "Espacios métricos" (poesía); el Segundo Premio Nacional
de Poesía por "Los
nombres" en 1953; en 1962, el Premio Nacional de Poesía por
"Lo
amargo por dulce" en 1962; y el Premio del Club de los 13
por
"Cornelia frente al espejo" en 1988. Murió en la ciudad
de Buenos Aires en 1994.
Manuel Lozano, poeta y ensayista, en "El enigma de Silvina
Ocampo: la paradoja y lo sublime", recorre con espejos y voces
sensibles los caminos de la creación, un tanto olvidados y quizá
poco valorados, de Silvina Ocampo; en cuya
obra, según el decir de Lozano: " se atestigua y se proclama un peculiar deseo de
desmentir la mera realidad visible -circundante, falsaria y
unilineal la mayoría de las veces-, no por el mismo afán de
contradecirla o negarla, sino para vindicar la múltiple creación
de universos".
Crear universos. Apelar, en silencio, con el velo discreto de la
noche, a la fuente, siempre sagrada, desde la que suben al tiempo
los muchos mundos.
E.I
GEMIDOS EN LA MARCA DE UN ARBOL
A Silvina Ocampo
Ni al atardecer en que todo miente,
ni en la raíz que surge de los ojos hasta
suicidarse,
ni siquiera en el feroz amuleto de una
fotografía,
ni en los altos narcisos con su blanca sombra,
ni en el falaz simulacro de la fiesta
está el caliente corazón de la hendidura.
Celosías y tropeles invocan tu llanto.
¿Quién me amó sin quedarse en el viento?
Ebria de este mundo,
te reclinas en la aspereza de tu noche
hasta subir en el luto.
¡Arder y silenciarme adentro de esta ceremonia!
Liman la espuma del dolor
las increíbles tardes de una niña.
Hay una araña que entreteje todo el mar
desde el graznido -rota, filosa, adorable-,
con un prestigio de máscara cerrada.
(La lujuria y la luna son perras huérfanas.)
¿Y quién lava y se atraganta de su sangre?
¿Un ángel que camina entre los muertos?
Manuel Lozano
Chartres, octubre de 2001
EL ENIGMA DE SILVINA OCAMPO:
LA PARADOJA Y LO SUBLIME
Por Manuel Lozano
PO
A la memoria
de Silvina Ocampo,
ahora eternamente suspendida sobre el río increíble de las horas.
"Furthermore, if anyone dreams that he has eyes somewhere other
than on his face, either on his hands or his feet, he will go blind.
If he has eyes on some other part of his body, this part will become
diseased or will be struck by a blow, so that he will, so to speack,
see by feeling and groping about with his hands and feet or so that
he will be unable to apply any matter to the part of the body that
has, as it were, an eye."
ARTEMIDORUS, THE
INTERPRETATION OF DREAMS, THE ONEIROCRITICA
"Yo vivo en un eterno presente...¿No es francamente patético
ser el último de una estirpe, el último de una raza, el último
escritor? ¿Cuál será su verdadero rostro en el instante que lo
separe de la vida?...
Manuel, ¿nunca te preguntaste si el tiempo de los espejos coincide
con el de nuestras vidas? Pienso en un espejo de arena para
perdernos, irremediablemente. O acaso para encontrarnos,
irremediablemente. La arena es el vestíbulo de la dispersión
total."
MANUEL LOZANO, CONVERSACIONES CON SILVINA OCAMPO, 1987
UBICACIÓN DEL ENIGMA
The best of me then when no longer visible, for toward that I have
been incessantly preparing.
WALT WHITMAN
Pero es natural que esta idea suscite recelos: la naturaleza, que
tan avara se muestra con el genio, ese producto raro y precioso, ¿habría
de haberse sentido pródiga hasta la locura en un determinado
momento?
FIEDRICH NIETZSCHE
Enigma: Morada del hombre. En toda la obra de
Silvina Ocampo, se atestigua y se proclama un peculiar deseo de
desmentir la mera realidad visible -circundante, falsaria y
unilineal la mayoría de las veces-, no por el mismo afán de
contradecirla o negarla, sino para vindicar la múltiple creación
de universos.
A diferencia del "secreto", del que esperamos una rápida
o contundente resolución sin mayores pretensiones filosóficas que
la de una adivinanza o combinación previsible de nimiedades o, en
los casos más afortunados, el desciframiento de un crimen [1], el
"enigma" nos somete de inmediato a la gravitación de lo
imposible. Por todo ello, el secreto espera una puerta de salida a
su clave, el enigma -contrario sensu- crea una para derribarla después.
A despecho de una concepción de enigma, en el caso puntual de
Borges aparece en ciertos textos una marcada preferencia, en otro
orden de cosas, por las posibilidades semánticas del
"secreto". Escribe en su prólogo a "Artificios"
(1944): "En la alegoría del Fénix me impuse el problema de
sugerir un hecho común -el Secreto- de una manera vacilante y
gradual que resultara, al fin, inequívoca; no sé hasta dónde la
fortuna me ha acompañado." El Secreto, representa en el relato
de Borges, un modus operandi, un hábito ancestral no cariado por
los trabajos del tiempo. Podría decirse que en él predomina un carácter
ornamental ("...Pero como no hay grupo humano en que no figuren
partidarios del Fénix, también es cierto que no hay persecución o
rigor que éstos no hayan sufrido y ejecutado... El rito constituye
el Secreto... Lo raro es que el Secreto no se haya perdido hace
tiempo...)"[2]
¿Y qué representa "lo imposible", sino un evidente e
irreprimible espacio de la ausencia, una narración del mundo, una
ausencia del mundo, pero también una reconstrucción sobre sus
escombros? El enigma inaugura siempre el espacio de lo conjetural,
una vastísima topografía (indisoluble del tiempo) en que la ambigüedad
es su ley, pero también su controversia. Siguiendo la nomenclatura
aristotélica de la Poética, el enigma nos plantearía desde el
origen un espacio de anagnórisis ("el más bello
reconocimiento es el que va acompañado de la peripecia"), es
decir un arduo camino desde la ignorancia al conocimiento,
considerado este último para Silvina Ocampo como una no decidida
cristalización de los mundos que refracta.
Pero hay un punto en el que la escritora se aleja definitivamente
del ars poética [3] de Aristóteles: la verosimilitud. En relación
con el discurso (continúo citando al griego) "es preferible lo
imposible convincente que lo posible que no convence." Resulta
necesario, entonces, explicar lo imposible en relación con la poesía,
que el paradigma significativo sobrepase a la realidad significante.
"La verosimilitud es lo necesario en todo discurso (...)",
declara Aristóteles sin reticencia alguna. No es obra de poeta
decir lo que ha sucedido, sino lo que podría o, en todo caso,
resulta posible.
Para Silvina Ocampo, la escritura (no el texto) convoca un
entrecruzamiento de apariencias situadas, instigadas y sustraídas
en el océano del crimen: no hallamos jamás un punto inmóvil que
condescienda a las crasas connotaciones de la realidad. La escritura
es una representación planetaria, nunca un reflejo. La escritura es
un espacio dis-continuo del enigma.
La poeta Alejandra Pizarnik, amiga de la autora, considera en un
breve ensayo que "(S.O.) se traslada al plano de la realidad
sin haberla dejado nunca. Asimismo, se traslada al plano de la
irrealidad sin haberlo dejado nunca. Claro es que términos como
realidad e irrealidad resultan perfectamente inadecuados. Pero para
sugerir con más propiedad ciertos gestos y cierta mudanza, habría
que remitirse, en este caso, a las danzas japonesas, a su tenue grafía
corporal. Entretanto, vale la pena recordar a Sterne: Hay miradas de
una sutileza tan compleja..."[4] Toda la escritura del mundo se
irá reduciendo en Silvina Ocampo a una pérdida: ausencia de toda
presencia inicial, transformación de la ausencia en una recherche
replegada sobre sí misma. ¿Acaso no es siempre la escritura una
busca sobre "lo-que-no-está", es decir sobre los resíduos
y el espasmo de su propia piel?
Enigma: álgebra virtual de la palabra en torno a la revelación. Y
no hay revelación (Apocalipsis) sin un cuerpo textual que indaga
desde el espesor hasta los huesos, las tramas de todo laberinto.
Cualesquiera que sean los objetos del mundo que aparecen en ellas,
siempre la poiesis incluirá la sustitución -la simulada
transferencia- de un orbe por otro.
Por ello, no hay enigma sin la conjetura vuelta (replegada) hacia
adentro, indagando sus leyes no preestablecidas de antemano,
escrutando aquella naturaleza tantálica: el desconcierto creciente
del sujeto de ser testigo y espectador del magnífico simulacro.
Aun antes de la tragedias griegas y de la edificación del mito de
la esfinge tebana, las tablas asirias y caldeas codifican más allá
del "epos" y de la normativa religiosa -"mythos"
incluido- un universo del enigma. La Tabla de Asurbanipal lo
atestigua. Por otro lado, ¿qué eran los dioses y semidioses helénicos
sino un reflejo irónico y eficaz de los enigmas del hombre de su
tiempo? ¿Qué había en aquellas posesas del delirio divino
llamadas ménades, nodrizas de Baco, dios de Tracia? Nietzsche, en
su joven análisis de la tragedia griega, retoma el concepto de
"entusiasmo", para explicar los ritos religiosos en honor
a Dionysos, adjudicándole el espacio del ensueño y su fascinación.
Rescata, entonces, los versos de "Los Maestros Cantores"
de Hans Sachs:
"Amigo mío, la verdadera obra del poeta
es cifrar y traducir sus ensueños.
Creedme: la más verdadera ilusión del hombre
se le concede en sueños:
Todo el arte de la poesía y del poeta
no es más que la expresión de la verdad del ensueño."
Resulta harto interesante volver a indagar el carácter del artista
lírico expuesto por Nietzsche, en contraposición al concepto de
"lied" del Shopenhauer de "El Mundo como Voluntad y
Representación", concepto que, según el primero, reduciría a
la poesía "(...) a un arte precario, logrado, en cierto modo,
por esfuerzos sucesivos, y las más de las veces impotente para
realizar sus propósitos; en fin, como un semiarte." Anota
Nietzsche: "(...) Tenemos, ciertamente, el derecho de pensar
que, para el verdadero Creador, somos imágenes y proyecciones artísticas,
y que nuestra más alta prez es nuestra significación de obras de
arte-únicamente como fenómeno estético puede
"justificarse" eternamente la existencia y el mundo-, y en
realidad tenemos casi tan escasa conciencia de esta función que nos
está confiada, como los guerreros pintados en un cuadro, de la
batalla que allí se representa. Y así, todo nuestro conocimiento
del arte es, en el fondo, absolutamente ilusorio, porque, en cuanto
poseedores de este conocimiento, no nos unificamos ni identificamos
con ese principio esencial que, único creador y espectador de esta
comedia del arte, se proporciona con ella un eterno recreo."
Una metamorfosis proteica va mucho más allá del sujeto y su
mirada. Debe cumplirse el ciclo mágico, la trama del hechizo. Y
prosigue después: "Sólo el genio, en el acto de la producción
artística y en cuanto se identifica con este artista primordial del
mundo, sabe algo de la eterna esencia del arte, pues entonces, como
por milagro, se ha hecho semejante a la turbadora figura de la
leyenda, que tenía la facultad de volver sus ojos hacia sí misma
para contemplarse; ahora es a la vez sujeto y objeto, poeta, actor y
espectador."
Para el análisis del "desgraciado" Edipo, el autor de
Zaratustra nos muestra a un Sófocles revelador "como poeta
(de) un enigma prodigiosamente oscuro y complicado, que él,
justiciero, resuelve lentamente, palabra por palabra, para su propia
pérdida." Si todo esto, por su lado, nos parece ya supuesto o
evidente, no deja de desasosegarnos el hecho de que el anti-héroe
trágico deba contrariar la misma naturaleza -de manera inconsciente
y abrupta- para poder descifrar las entrañas del misterio. No
vanamente, Nietzsche utiliza el epíteto de "híbrida"
para la vieja esfinge, adjudicándole el de "adivinador de
enigmas" a Edipo.[5]
Enigma: resolución y ficcionalidad del mundo. No hay sino
contrarios -o pseudocontrarios- que se acechan ad infinitum,
imprimiendo en la escritura la utopía de una síntesis final que
nunca llega, porque lejos de afirmar un nuevo orbe lo anularía,
despojándolo. La naturaleza del enigma resulta de fundar el relato
sobre la conjetura, la desrealización y cada exasperado
anacronismo.
Pero, en sí mismo, el enigma es inconcebible. En este aspecto,
Silvina Ocampo coincide con Borges ya que, al igual que el universo
(admitamos por un instante su sinonimia con el concepto enigma), tan
sólo podemos "mencionarlo" o "aludirlo".
Silvina Ocampo ha releído maestros comunes a Bioy Casares, J.R.
Wilcock , Borges y otros escritores de su tiempo: tampoco es casual
que en sus textos aparezcan mencionados -eso sí, pudorosa y
subrepticiamente en el mayor número de casos- filósofos de la
talla de Shopenhauer y Platón. Un campo de conocimiento que no hace
sino prodigar las posibilidades de un corpus que se amplía en el
tiempo, especie de Espejo Universal o de Memoria Feroz, aterradores
y desmentidos, cada vez, en su dédalo de artificios [6].
Las "trampas del desdoblamiento", como quiere Michel
Foucault, acechan en las estrategias de discurso de la autora,
borrajeando dobles, recreando mundos inverosímiles, aun a pesar de
la contingencia, o por la contingencia misma. En "Poema para
una muerte efímera"[7], el sentido de lo real se vuelve poroso
y ambiguo, la muerte y los sueños se estabilizan en una curiosa
eternidad: "La muerte es de los otros,/la muerte con sus rígidos
códigos y aparatos/no ha de pertenecerme. Viviré para
siempre."
Las ramificaciones místicas y ontológicas del enigma abarcan
nombres ilustrísimos y otros casi olvidados: Parménides, Heráclito,
Luciano de Samosata, Virgilio y Ovidio, Plotino, los maestros de la
Kábala, el Libro de Job, los profetas, Simón el mago, Ruth la
moabita, Escoto Erígena, los empiristas ingleses, Voltaire, Lord
Dunsany, León Bloy, Villiers de L´Isle Adam, Olaf Stapleton, John
William Dunne, el antropólogo y fotógrafo Francis Galton, autor de
"Inquiries into human faculty and its development", y el
iridiscente Shaw de "Back to Methusaleh". En esta última
obra, una suerte de divinidad geométrica-panteísta [8] sale de sí
misma para identificarse con el universo. Análogamente, en "La
Tentation de Saint Antoine", de Flaubert, el desbordado
personaje no elude ese deseo hiperbólico, casi inocente, imposible,
de ser el dios.[9]Estos juegos especulares aparecen, como se verá
en el transcurso de este estudio, en numerosos relatos y poemas de
Silvina Ocampo. [10]
¿Hasta qué punto el Enigma -ahora arquetípicamente- no representa
una apostasía de la escritura del mundo? ¿Hasta qué punto no la
descifra en su interior, donándonos jirones de semejante odisea? ¿El
espíritu sopla donde quiere? ¿La escritura se rebela contra los
intrincados mecanismos verbales que la hacen visible?
Si para Mallarmé, el Todo es una excusa o, complejamente, una
trampa de espejos tendiente a terminar en el libro; si para Bloy,
todo es signo de una despiadada e inmarcesible criptografía de Dios
en medio de las emboscadas de este lado; si para Borges la
Biblioteca de Babel contiene el posible universo, desde y hacia
todos los espacios [11], en Silvina Ocampo encontramos la fundación
y desfundación del mundo a partir del enigma. Ahora podemos unir
una casa de azúcar con las angustiadas cárceles de Piranesi, un
cielo de claraboyas con el apócrifo epitafio romano, una adivina de
un barrio típicamente argentino con el león cautivo en una
medalla.
No están ausentes, por cierto, las posibilidades temporales y
espaciales -casi narradas- de su país en "Enumeración de la
Patria", siempre entrevista como zona visible de la conjetura:
"Oh, desmedido territorio nuestro,
Violentísimo y párvulo. Te muestro
En un infiel espejo."
Las relaciones dialógicas mito-historia, escritura-imagen,
orden-caos, interior-exterior, con sus correspondientes
ramificaciones, falsifican (se diría, didácticamente) los
ilimitados engranajes y procedimientos. Es que el enigma no puede
sino reflejarse, quebradizamente, en espejos infieles.
Quizá para Emily Dickinson, de la que nuestra autora tradujo más
de medio millar de poemas, una tenaz convicción llevó a relacionar
el enigma, como Borges, con el problema metafísico de la eternidad.
En el número 1588, nos advierte:
"Irse de un mundo conocido
a otro que todavía es enigma
es como la adversidad de un niño
cuyo paisaje es la colina.
Tras la colina hay brujería,
y todo lo desconocido.
¿Será digno el secreto
de la solitaria travesía?"
Y en el poema siguiente:
"(...) pero cuando no puedo reunir la Fuerza
ni moldearlo en la Palabra,
sé que es signo seguro
de que el nuevo Dilema está
más lejos de la matemática
que de la Eternidad."
Y, finalmente, en el número 1681:
"La palabra es un síntoma de afecto
y el silencio es
la comunicación más perfecta
que nadie puede oír."
Cada trama del enigma supone una firma topografía de alusiones, de
fusión creciente de los niveles isotópicos de lectura, pero también
de elucidaciones. En los cuentos de Silvina Ocampo, sobre todo, se
evidencia este conflicto que hace de cada texto un universo autónomo.
"Todo el mundo dice: Yo tal cosa, yo tal otra, salvo yo que
preferiría no ser yo (...) En alguna versión de mi nacimiento, mi
madre era polaca y vestía un traje nuevo, y calzaba un par de
zapatos de charol negro; en otra versión, era italiana y llevaba un
vestido raído y un atado de leña; en otra, era simplemente una
colegiala que llevaba debajo del brazo un cuaderno y dos libros (uno
de geografía y otro de historia); en otra, era una gitana
mugrienta, que llevaba en un bolsillo de su falda roja barajas españolas
y monedas de oro. No faltó quien me regalara una fotografía apócrifa
de mi madre."[12]
No hay, en el transcurso del enigma, una voluntad "trascendentalista",
una construcción de una épica de la conciencia "hacia
afuera", a la manera de un Joyce o un Svevo. Las formas
imaginarias se cierran sobre sí mismas para redescubrirse en una
especie de "retombée" espiralada que también se refleja
hasta la exasperación. El secreto, en cambio, resulta una actitud
íntima, presa obligada de los sentidos: casi un rasgo de conducta
de la autora [13].
Con fe ciega, el enigma busca la propia ultimación: ¿Acaso no está
el crimen en su más honda naturaleza? El pacto desea -a fortiore-
lanzarse al conocimiento de esa esfinge. Si por instantes, Emily
Dickinson nos habla de "La Eternidad de Ahoras", por el
otro registra su reverso de un modo atendible:
"Nada" es la fuerza
que al mundo renueva. [14]
Con el humor o más acá de él, con los altos abismos de la poesía,
Silvina Ocampo interrogó (como Montaigne [15] y Emily) esos
territorios. Su "quisiera escribir un libro sobre nada" no
tiende a refutar esta teoría, sino a confirmarla plenamente. (*)
LONDRES, SEPTIEMBRE DE 1997
(*) Este ensayo pertenece al libro homónimo de
Manuel Lozano.
NOTAS:
1. · Cabe pensar en los relatos policiales de Emile Gaboriau,
Wilkie Collins ("maestro de la vicisitud, de la patética
zozobra y de los desenlaces imprevisibles", Borges dixit), o
los celebérrimos Poe y Doyle.
2. Pero Borges, admite ya desde su "Fervor de Buenos
Aires", como un Jano heresiarca, la posibilidad del enigma: La
causa verdadera/es la sospecha general y borrosa/del enigma del
Tiempo ("Final de Año"). Sospecha rubricada en textos
posteriores.
3. Adolfo Bioy Casares anota en el prólogo a la "Antología de
la literatura fantástica" (1940), escrita en colaboración con
Borges y Silvina Ocampo: "No debe confundirse la posibilidad de
un código general y permanente, con la posibilidad de leyes; Tal
vez la Poética y la Retórica de Aristóteles no sean posibles:
pero las leyes existen; escribir es, continuamente, descubrirlas o
fracasar".
4. CF. Alejandra Pizarnik: "Dominios Ilícitos", Sur,
Buenos Aires, n. 311, marzo-abril 1968. Luego recogido en
"Alejandra Pizarnik-Obras Completas (poesía y prosa)",
Corregidor, Bs. As., 1994).
5. "¡Edipo, asesino de su padre, esposo de su madre; Edipo
vencedor de la esfinge! ¿Qué significa para nosotros esta
misteriosa tríada de acciones fatales? Una antiquísima creencia
popular, de origen persa, quiere que un mago profeta no pueda ser
engendrado más que por el incesto (...) Pues, ¿cómo forzar a la
naturaleza a entregar sus secretos si no es resistiéndola
victoriosamente, es decir, por actos contra naturaleza?" (F.
Nietzsche, "El origen de la tragedia y obras póstumas de 1869
a 1873", T. Y, M. Aguilar Editor, Madrid, 1932).
6. "(...) -Se repiten los hechos con extraña insistencia. Con
temor de perderse, las formas se repiten en ellas mismas: en la hoja
del árbol está dibujada la forma de un árbol en miniatura; en el
caracol, la terminación del mar con sus ondas sobre la playa; en
una sola ala, imperceptibles alas infinitas; en el interior de la
flor, diminutas flores perfectas. En las caras se reflejan las caras
más contempladas." (S.O., Autobiografía de Irene, Epitafio
Romano, 1948).
7. Publicado en "Sur", Buenos Aires, nro. 256., enero-
febrero de 1959.
8. Los textos brahamánicos, Escoto Erígena, Pascal, León Bloy, y
más cercanamente en el tiempo, Gustav Meyrink, reelaboraron esta
hipótesis con sugerentes variaciones. ¿Acaso no está presente,
también, en la idea del espíritu santo judeo cristiano -ubicuo y
metamórfico-, hipótesis relacionada con el "Dios productor de
inmortalidad" en Unamuno? Ese Dios que, para Silvina Ocampo,
puede llegar a adorar algunos crímenes o alcanzar altísimas cotas
de deslumbrada intimidad.
9. Anoto las reflexiones finales del San Antonio de Flaubert: "¡Qué
felicidad: he visto nacer la vida, he visto comenzar el movimiento!
La sangre me late tan fuerte en las venas que parece como si fuera a
romperlas. Siento anhelos de ladrar, de mugir, de aullar... Quisiera
tener alas, un caparazón, una corteza como los árboles; quisiera
echar humo, tener una trompa, retorcer mi cuerpo, dividirme en
muchas partes, estar en todo, emanar mi esencia junto con los
olores, desarrollarme como las plantas, fluir como el agua, vibrar
como el sonido, brillar como la luz, acurrucarme en todas las
formas, penetrar en cada átomo, bajar hasta el fondo de la materia,
¡ser la materia!" Compare el lector esta obra con el "Song
of Myself", de Whitman, el Cantar de Cantares, la obra de Erígena
y Berkeley, y los textos brahamánicos.
10. Poemas como "La Cara Apócrifa", incluido en
"Amarillo Celeste" (hay otra versión titulada simplemente
"La Cara"), los "Sonetos a la Imaginación" de
"Los Nombres", y relatos como "Autobiografía de
Irene" o "Fragmentos del Libro Invisible", atestiguan
la preocupación..
11. "(...) También se esperó entonces la aclaración de los
misterios básicos de la humanidad: el origen de la Biblioteca y del
tiempo" (Jorge Luis Borges, Ficciones, La Biblioteca de Babel).
12. * C.F. Silvina Ocampo, "Yo", Sur, Buenos Aires, n.
272, 1961.
13. En las dos versiones del poema "El Secreto" ("Los
Nombres", 1953), éste puede adquirir un cuerpo material:
"Fue mujer, vagamente hermafrodita".
14. Para las traducciones de E. Dickinson de este ensayo, se consultó
la edición de Thomas Johnson, de 1955.
15. Resulta necesario -¿por qué no?- invocar, una vez más, su
certeza textual y planetaria, su obstinado simulacro: "C´est
moi que je peins; ainsi, lecteur je suis moi-meme la matiere de mon
livre".
BIBLIOGRAFIA
SILVINA OCAMPO
SILVINA
OCAMPO - BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL DEL LIBRO "EL ENIGMA SILVINA
OCAMPO: LA PARADOJA Y LO SUBLIME"
DE MANUEL LOZANO
OBRAS DE SILVINA OCAMPO:
VIAJE OLVIDADO. (Sur, Buenos Aires, 1937).
ENUMERACION DE LA PATRIA. (Sur, Buenos Aires, 1942).
ESPACIOS METRICOS. (Sur, Buenos Aires, 1942).
LOS SONETOS DEL JARDIN. (Sur, Buenos Aires, 1946).
LOS QUE AMAN ODIAN. (Emecé, Buenos Aires, 1946).
(escrita en colaboración con A. Bioy Casares).
AUTOBIOGRAFIA DE IRENE. (Sur, Buenos Aires, 1948).
AUTOBIOGRAFIA DE IRENE. (Sudamericana, 1948. Reedición, 1975).
AUTOBIOGRAFIA DE IRENE. (Gaglianone, Buenos Aires, 1983. Separata).
POEMAS DE AMOR DESESPERADO. (Sudamericana, Buenos Aires, 1949).
LOS NOMBRES. (Emecé, Buenos Aires, 1953).
LOS TRAIDORES. (Ada korn, Buenos Aires, 1988).
(escrita en colaboración con J. R. Wilcock).
LA FURIA. (Sur, Buenos Aires, 1959).
LA FURIA. (Alianza, Madrid, 1970).
LAS INVITADAS. (Losada, Buenos Aires, 1961).
LAS INVITADAS. (Orión, Buenos Aires, 1979).
LO AMARGO POR DULCE. (Emecé, Buenos Aires, 1962).
LOS DIAS DE LA NOCHE. (Sudamericana, Buenos Aires, 1970).
LOS DIAS DE LA NOCHE. (Alianza, Madrid, 1970).
AMARILLO CELESTE. (Losada, Buenos Aires, 1972).
EL COFRE VOLANTE. (Estrada, Buenos Aires, 1974).
EL TOBOGAN. (Estrada, Buenos Aires, 1975).
LA NARANJA MARAVILLOSA. (Sudamericana, Buenos Aires, 1977).
CANTO ESCOLAR. (Fraterna, Buenos Aires, 1979).
ARBOLES DE BUENOS AIRES. (Crea, Buenos Aires, 1979).
Y ASI SUCESIVAMENTE. (Tusquets, Buenos Aires, 1987).
NARCISSUS´VOICE (HABLA NARCISO). (Gaglianone, Buenos Aires, 1987).
CORNELIA FRENTE AL ESPEJO. (Tusquets, Buenos Aires, 1988).
ANTOLOGIA DE LA LITERATURA FANTASTICA. (Sudamericana, Buenos Aires,
1941).* Reedición, 1965).
ANTOLOGÍA DE LA POESIA ARGENTINA. (Sudamericana, Buenos Aires,
1940).*
POETAS LIRICOS INGLESES. (Clásicos Jackson, Buenos Aires, 1952,
vol. 34. Introducción de Silvina Ocampo).
* (En colaboración con J. L. Borges y A. B. Casares).
"EL CABALLO ALADO". (Galerna, Buenos Aires, 1996).
"ANTOLOGIA ESENCIAL". (Publicado por el diario La Nación,
Buenos Aires, 2001).
"NARRATIVA COMPLETA". (Emecé, Buenos Aires, 2001).
"POESIA COMPLETA". (Emecé, Buenos Aires, 2003).
BIBLIOGRAFIA SOBRE SILVINA OCAMPO:
BIANCO, JOSE. Crítica sobre Viaje Olvidado. ( En "El
Hogar", Buenos Aires, 1937).
BORGES, JORGE LUIS. Prólogos a:
Crítica a "Enumeración de la Patria (Sur, 1942).
"Autobiografía de Irene" (Gaglianone, 1982).
"Emily Dickinson. Poemas" (Tusquets, 1985).
"Breve Santoral" (Gaglianone, 1984).
IDEM. "S.O., Enumeración de la patria" (Sur,nro. 101,
1943).
Fragmentos de "Jorge Luis Borges. Diálogos", de Néstor
J. Montenegro (Nemont, Córdoba, 1983).
CALVINO, ITALO. Introducción a "Noticias de la tierra y el
cielo" (Gallimard, París, 1974).
CAMURATTI, MIREYA. "Bioy Casares y el alegre trabajo de la
inteligencia" (Corregidor, Buenos Aires, 1990).
GHIANO, JUAN CARLOS. "Silvina Ocampo y su realidad" (Ficción,
Buenos Aires, nro. 22, 1959).
GUIDO, BEATRIZ, "¿Quién le teme a mis temas?" (Editorial
Fraterna, Buenos Aires, 1977).
COZARINSKY, EDGARDO. "Introducción". ("Informe del
cielo y del infierno", Monte Avila, Caracas, 1970).
GONZALEZ LANUZA, EDUARDO. Crítica a "Autobiografía de
Irene". (Sur, nro. 175, 1949).
LANCELOTTI, MARIO. Crítica a "La furia". (Sur, nro. 264,
1960).
LOJO, MARIA ROSA. "Silvina Ocampo: el extraño temblor de la
visión" (Asuntos Culturales, Buenos Aires, nro. 3, 1989).
IDEM. "Cuentistas argentinos de fin de siglo". (Edit.
Vinciguerra, Buenos Aires, Vol. I-II, 1997).
LOZANO, MANUEL. "El enigma Silvina Ocampo: La paradoja y lo
sublime" (Sudamericana, Buenos Aires, en edición).
MARTINEZ ESTRADA, EZEQUIEL. Nota sobre "Espacios Métricos".
(Sur, nro. 137, 1946).
IDEM. Juicio sobre la obra de la autora. (en "Poemas de amor
desesperado (Sudamericana, 1949).
MOLLOY, SILVIA. "La exageración como lenguaje" (Sur, nro.
320, l969).
PERCAS, ELENA. "La original expresión poética de S.O."
(Revista Iberoamericana, nro. 38, 1954).
PEZZONI, ENRIQUE. "Enciclopedia de la literatura argentina"
(Sudamericana, 1970).
IDEM Estudio preliminar a "La furia" (Alianza, Madrid,
1970).
IDEM Estudio preliminar a "Páginas de Silvina Ocampo
seleccionadas por la autora. (Celtia, Buenos Aires, 1984). Dicho
ensayo fue incluido posteriormente en el único libro publicado de
este autor ("El texto y sus voces", Sudamericana, 1986).
PIZARNIK, ALEJANDRA. "Dominios ilícitos". (Sur, nro. 311,
1968).
SCHOO, ERNESTO. Nota sobre "Los traidores". (Sur, nro.
243, 1956).
SOLA, GRACIELA. "Silvina Ocampo, La Furia y otros
cuentos". (Revista de
literaturas modernas, Mendoza, nro. 2, 1960).
ULLA, NOEMI. "Diálogo a dos voces" (Torres Agüero,
Buenos Aires, 1993).
VILLORDO, OSCAR HERMES. Acerca de "La naranja
maravillosa". ( "Donde se reencuentra el
paraíso" en "La Nación", Buenos Aires, 1977).
Acerca de "Canto escolar". ( En "La Nación",
Buenos Aires, 1979).
LOZANO, MANUEL. "El enigma Silvina Ocampo: La paradoja y lo
sublime" (Sudamericana, Buenos Aires, en edición).
ENTREVISTAS:
BECCACECE, HUGO. "Silvina Ocampo". (En "La Nación",
28-6-87).
CALVINO, ITALO. (Entrevista a Tsvetan Todorov. En "Le
Monde", París, 15-8-70).
LOZANO, MANUEL. "El mayor secreto de Silvina Ocampo". (En
"La Razón", Buenos Aires, 17-12-93).
LOZANO, MANUEL. "Silvina Ocampo, en el vasto mundo de los
milagros" (En "Tierra Adentro", México, 1998).
SANCHEZ SORONDO. (En " La Prensa", Buenos Aires, 1987).
SIN MENCIÓN DEL ENTREVISTADOR. (En "Tramas literarias",
Buenos Aires, invierno 1989).
ULLA, NOEMI. "Encuentros con Silvina Ocampo". (Editorial
de Belgrano, Buenos Aires, 1982).
PERIODICOS Y REVISTAS ESPECIALIZADAS:
Fueron consultadas colecciones de los diarios "La Nación",
"La Prensa", y "Clarín", de
Buenos Aires, como así también las de las revistas
"Sur","Nosotros", "Pájaro de Fuego",
"Proa", "Testigo", "Tramas",
"Ficción", y "Diario de Poesía" (Buenos Aires,
nro. 38, invierno de 1996), entre otras. De todas las mencionadas,
en la República. Argentina, en la actualidad sólo aparecen
-irregularmente- Proa, Diario de Poesía, y algunos números-homenaje
de "Sur". Revistas extranjeras como "Vuelta 16",
"Plural", y "La Gaceta", las tres editadas en México,
y otras publicaciones especializadasde U.S.A., Francia, Uruguay o
Chile, sólo fueron analizadas parcialmente cuando el tema así lo
requerió.
OTRA BIBLIOGRAFIA TEORICA CONSULTADA:
ANDERSON IMBERT, ENRIQUE, "Teoría y técnica del cuento".
(Marymar, Buenos Aires 1979).
BARTHES ROLAND. "L´effet de réel". ( En "Communications",
París, nro. 11, 1968).
BERKELEY, GEORGE. "A new theory of vision and other select
philosophical writings". (J. M. Dent & Sons-Ltd., London,
1915).
BELEVAN, HARRY. "Teoría de la fantástico". (Anagrama,
Barcelona, 1977).
BIOY CASARES, ADOLFO. (Fue consultada su bibliografía a partir de
"La Estatua Casera").
BORGES, JORGE LUIS . "Obras completas". (Emecé, Buenos
Aires, 1974).
IDEM "Obras completas" (Emecé, Vol. III y IV. 1996).
IDEM "Siete Noches" (Fondo de Cultura Económica, México,
1980).
IDEM Entrevista realizada por Manuel Lozano (Argentina, Córdoba,
1985).
DABOVE, SANTIAGO. "La muerte y su traje" (Libertarias/Prodhufi,
Barcelona, 1993).
DUNNE, JOHN WILLIAM. "Un experimento con el tiempo". (Hispamérica,
Barcelona, 1986).
FOUCAULT MICHEL. "Histoire de la folie á l´age classique".
(Plon, París, 1968).
NASON, PUBLIO OVIDIO. "Las metamorfosis". (Librería de la
viuda de Hernando, Madrid 1887).
PASSMORE JOHN. "100 years of Philosophy". (Gerald
Duckworth, London, 1966).
PICKENHAYN, JORGE OSCAR, "Borges a través de sus libros".
(Plus Ultra, Buenos Aires, 1979).
VOLTAIRE. "Diccionario filosófico". (Editorial Vergara,
Chile, 1972).
IDEM. Idem. (Enciclopedias del Tercer Milenio, España, 1995).
BIBLIOGRAFIA REFERENTE A LITERATURA FANTASTICA:
BERGER, MARCEL. "Les plus belles histories de peur" (Emile-Paul,
París, 1942).
CAILLOIS, ROGER. "Approches de l´imaginaire" (Gallimard,
París, 1974).
IDEM. "Antología del cuento fantástico" (Sudamericana,
Buenos Aires, 1967).
IDEM. "Fantastique, soixante récits de terreur" (Club
Francais du Livre, París, 1958).
IDEM. "Intenciones" ("Cases d´un echiquier",
Sur, 1979. Traducción de José Bianco).
IDEM "A coeur du fantastique" (Gallimard, París, 1965).
GOIMARD, J. Y R. STRAGLIATI. "Grande anthologie du fantastique
(Presses-Pocket, París, 1977. Ocho volúmenes).
HURWOOD, BERNHARDT. "Pasaporte para lo sobrenatural"
(Alianza, Madrid, 1974).
JAKUBOWSKI, MAXIM. "Los mejores relatos de fantasía"
(Martínez
Roca, Barcelona, 1985-1986. Tres volúmenes).
MUZAN, MICHEL DE. "Anthologie du délire" (Editions du
Rocher, Mónaco, 1956).
PALOU, JEAN. "Histoires étranges" (Casterman, París,
1964).
PRINGLE, DAVID. "Literatura fantástica" (Minotauro,
Barcelona, 1993).
TODOROV, TSVETAN. "Introducción a la literatura fantástica".
(Eba, Buenos Aires, 1982).
WALSH, RODOLFO. "Antología del cuento extraño" (Hachette,
Buenos Aires, 1956).
CONFERENCIAS Y SEMINARIOS SOBRE LA AUTORA:
(Sólo se citan las que el autor considera pertinentes).
LOZANO, MANUEL. "Las reglas de fuego frente a la imagen de un
apocalipsis helado" (1986)
IDEM. "Silvina Ocampo: Ese abismo radiante". (Seminario.
USA., Chile, Uruguay, 1987).
IDEM. "El espejo universal y sus encantamientos".
(Seminario. Francia, España, 1989).
IDEM. "Presencia de S.O. en las letras argentinas. Una poética
de la libertad."
(Bélgica, Congreso Mundial de poesía, 1992).
IDEM. "S.O. En el vasto mundo de los milagros."
(Seminario. Francia, España,
diferentes provincioas argentinas, 1995).
IDEM, "Otro análisis del corpus literario integral de S.O".
(Universidad de
Buenos Aires, Primer Congreso Internacional de Comparatística,
1995).
HISTORIAS DE LA LITERATURA ARGENTINA:
Se consultaron diversos autores y tratados, reparándose,
especialmente, en "HISTORIA DE LA LITERATURA ARGENTINA"
(Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1980-1986).
|
|
|